La despedida

1970-2010"iremos juntos a los bailes de las esquinas liberadas"J. C


A mi abuela

"Yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvide... oigo tu sonrisa que ilumina el estudio y la cocina entre las copas y el café" Páez

La despedida

Fue como una tormenta que empezaba o terminaba, más bien un silencio, un grito mudo. Todo un calendario de fiestas con brindis y valses. Proyectamos, que error. Pensar que el café sería eterno, que amargura. No hay azúcar ni edulcorante que ayude a pasar el trago amargo. Una burla del tiempo, un amor eterno que termina, desgarrando la integridad. Atravesando el espacio para verte, pero ya no estas. La risa se terminó, la navidad al fin es negra, como debería haber sido siempre. Ya no hay sillones blancos ni carritos del supermercado. Se acabaron las pastas y los asados. Toda la sal de tus meriendas que son ahora lágrimas saladas. La omnipotencia de la juventud, la sabiduría de los años, nada tiene sentido, que cachetada letal, insoportable.

Cargar la cruz del vacío. Este nudo en la garganta, estas manos vacías, este dolor en los huesos. Esta sensación de flores muertas y el color de tus ojos y tus labios rojos y tu “no tomes frío” y tu “cuidate”. Ya nadie comprende el esfuerzo que hacías para comprenderme. Por dios que soledad. Una soledad espantosa. Bastó que no estuvieras para empezar a sentir frío. Vivir en un glaciar de irrelevancias, en una ciénaga de desamor. Que misterio la muerte, que falta de suerte que no puedas volver. Que ganas de verte, de tenerte y llover. Tu partida fue un quiebre, un insulto a la inmunidad de los sueños.

Porque este país de mierda no puede ser otra cosa que eso, la muerte de los olvidados, de los que siempre tienen que esperar. Vos ya no esperas más, no lloras más, no resignas más. Pero yo quisiera cebarte un mate más y que me cuentes que dijeron los médicos y renegar de los colectivos y de la humedad. Quiero verte una vez más reprochándole a Cristina porque te abandonó el país.

Quiero entrar de tu mano al cine Real y que venga el turco buen mozo ese de ojos claros, “me permite esta pieza”, “mire que soy una muchacha de mi casa” y conversar los tres y que cantar a dúo el tango que más te guste. Y pensar como hubieses sido las cosas si hubiesen sido diferentes y soñar, pero soñar de verdad y despertar en un mundo distinto, donde se pueda comer chocolate águila sin culpa y no haya goteras en el techo porque no hay techo y ya no llueve, solo los 26 de mayo pero eso ya no es preocupación.

06/12/08